La revolucion Industrial
La mayor transformación social que se ha producido en los últimos siglos ha sido producto de la Revolución Industrial ¿Sabes qué es lo que ocurrió realmente durante esta época y qué consecuencias tuvo a nivel mundial?. Una revolución que muchos comparan con la tecnológica que se vive actualmente aunque para comprenderla mejor nada como ir atrás en el tiempo y explicaros cómo se gestó, como se desarrolló y sobre todo qué consecuencias trajo a la vida de la humanidad. A continuación en Sobre Historia, todo sobre la Revolución Industrial.
Sin duda, el elemento clave o que dio origen a esta revolución fue la gran patente de James Watt que propulsó un cambio profundo que dio alas a lo que posteriormente sería llamada como Revolución Industrial. Se trataba de la máquina de vapor, que se aplicó a la locomotora y de ahí se pasó a un avance tecnológico sin precedentes.
Por otro lado, una sociedad más liberal fomentó el que se introdujeran nuevos elementos que contribuyeran al avance industrial. Se necesitaba más carbón, se generaba más energía, y se buscaba aumentar la productividad de los recursos propios. La mente se había abierto a la economía y la eficiencia.
A ello contribuyó también la política expansionista de determinados países que hizo que el capitalismo se expandiera por el mundo. Adam Smith, con su “Riqueza de las naciones” fue el pionero de este librecambismo, bajo la idea de que esa libertad influiría en el desarrollo de una nación pero también influyó el país en el que se originó.
Es por ello que queremos deciros que antes de que veamos con detalle todas las etapas de la revolución industrial, cabe añadir que es realmente importante que esta arrancara o se produjera en Gran Bretaña. Pocos libros de historia explican esto pero lo cierto es la revolución industrial fue posible debido a la existencia de una monarquía liberal y no absolutista, que consiguió evitar el panorama de revoluciones que en aquella época se extendían en otros países. Gran Bretaña estaba libre de guerras, y aunque estuvo involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio de modo que pudieron ser el escenario en el que se gestó una revolución que tenía que ver con la industria y no con la guerra. A esto se unió una moneda estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.
La primera gran etapa de la Revolución Industrial fue la que se desarrolló entre los años 1760 y 1870. Fue un periodo marcado por los continuos inventos. En el año 1800, Voltainventaría la pila eléctrica. Stephenson inventó la primera locomotora de vapor en el año 1814. En 1825 se inauguró la primera línea de pasajeros.
En 1834 fue Richard Roberts el que ideó el telar y la máquina de hilar. En 1837, Morseinventa el telégrafo y se da el primer gran impulso a las comunicaciones. En 1863 se inaugura el primer sistema de metro del mundo en Londres. En 1868 se lanza el primer ferrocarril transcontinental…
Pero al mismo tiempo, la sociedad comienza a sufrir prifundas transformaciones marcadas por hechos que conducían a la implantación de unas ideas mucho más modernas y liberales. La Revolución Francesa fue fundamental para que esas ideas se propagaran por Europa.
Pero también la victoria de los ingleses en la Batalla de Trafalgar sirvió en cierto modo para fomentar el auge de la Revolución Industrial. Lo que a simple vista parecería una catástrofe para franceses y españoles, hizo que Gran Bretaña, la gran propulsora de la Revolución, se hiciera con el dominio del mar en el Mediterráneo. Se abrieron así las vías para un comercio global y al mismo tiempo los canales necesarios como para que las ideas librecambistas que tanto se defendían en Inglaterra llegaran aún más lejos.
Poco a poco, la semilla de una sociedad más avanzada basada en la tecnología iba floreciendo. En aquella primera etapa de la Revolución Industrial, la luz eléctrica, el gas y el transporte público (tres elementos básicos de cualquier sociedad hoy en día) habían venido al mundo. Se había pasado de ciudades alumbradas por petróleo y donde el único medio de transporte eran los carros de caballos, a viajar en máquinas de vapor y a tener alumbrado eléctrico.
Nos acercábamos al siglo XX con la ilusión de nuevos descubrimientos; con una febril actividad industrial y con una sociedad que se estaba acomodando a las ventajas que suponía gozar de unos avances tecnológicos que laboral y socialmente ofrecían una mayor libertad, confort y ocio. El optimismo creciente retroalimentaba la maquinaria de la Revolución Industrial.
Pensemos además que los cambios se producen en todas las estructuras de la sociedad que queda marcada por esos avances tecnológicos que antes os hemos mencionado, y a los que tenemos que sumar los cambios socioeconómicos y culturales.
Cambios tecnológicos como los ya dichos, con la industria del carbón en marcha y la máquina de vapor se mezclaron con cambios culturales que se plasmarán en un impresionante aumento de los conocimientos en todas las ramas, tanto científicas como técnicas y sanitarias. Los cambios sociales más notables derivan del crecimiento de las ciudades y el consiguiente éxodo en zonas rurales. Al mismo tiempo se produce un fuerte aumento demográfico, a consecuencia de la elevada natalidad y el descenso de la mortalidad catastrófica, dado que se produjeron también avances sanitarios, como las vacunas, y a una mejor alimentación de la población. Esto provocará que la población europea se multiplique en pocos años tanto por nuevos nacimientos como porque se alarga (aunque sea un poco) la esperanza de vida.
La sociedad comienza a desarrollar en este primer periodo una clase burguesa, pero a la vez el éxodo de población rural hacia las ciudades (la revolución agrícola disminuyó las necesidades de mano de obra en el campo) provoca el que aparezca una nueva clase trabajadora que se agrupa en suburbios cercanos a las fábricas, a partir de los barracones en los que viven los obreros. Es la clase trabajadora que tanto se desarrolló con los años y que en su origen se caracterizó por vivir de manera austera . En las fábricas tenían humedad, poca ventilación, ninguna seguridad laboral y jornadas que perfectamente superaban las doce horas diarias, trabajando siete días a la semana. En los suburbios superpoblados y sucios eran víctimas de epidemias de fácil propagación. La cantidad de personas afectadas por estas condiciones les lleva a organizarse para la defensa de sus intereses y aparecen los primeros movimientos obreros de protesta que desembocaron más adelante en el origen de lo que conocemos hoy en día como sindicatos.
Comenzó en 1870 aproximadamente. Y quizás fuera el invento de la dinamo la que diera un nuevo empujón a la carrera por la modernización tecnológica. La obtención de fuerza hidroeléctrica gracias a estas dinamos permitieron transformarla en luz, y por ende, en energía para los nuevos transportes que iban surgiendo.
La era de los transportes daba un nuevo salto adelante, y por otro lado, la sociedad se veía recompensada con un nuevo elemento desconocido hasta entonces: el alumbrado. Las horas de oscuridad, de candiles y cera, quedaban atrás. Cuando en 1879, Thomas Edison presentó la lámpara incandescente la sociedad ya se había preparado para los grandes avances que, uno tras otro, iban a llegar en aquellos años de finales del XIX y principios del siglo XX.
Aquel desarrollo industrial se centró en Europa, donde el Reino Unido era el gran dominante; la potencia mundial cuyos tentáculos se adentraban en todos los continentes. Ellos fueron el perfecto ejemplo del significado de la Revolución Industrial.
En primer lugar porque crearon una industria textil con la que acumularon capital suficiente como para continuar con los estudios e innovaciones tecnológicas, y en segundo lugar, porque su vasto imperio colonial otorgaba el material económico y en materias primas como para afrontar con garantías la llegada de esta segunda fase en la que la siderurgia y el ferrocarril serían los elementos principales.
Sin embargo, aquella Revolución Industrial también tuvo sus puntos negros, que en este caso se reflejaban en la cada vez mayor explotación laboral. Jornadas de quince horas y el nacimiento de lo que Karl Marx definió como alienamiento de los trabajadores.
El éxito de la Revolución Industrial estuvo sustentado desde muchos puntos de la economía y la cultura, pues si la sociedad supo acoplarse y recibir con expectación todos aquellos avances y desde el punto de vista económico se estaba en una época de bonanza, también la apertura de nuevas rutas comerciales favoreció el engrandecimiento de todas aquellas naciones que se alineaban a ese nuevo progreso. En ello fue importantísimo también la apertura del Canal de Suez, en Egipto, en 1869, que permitió un comercio más fluido entre Europa y Asia.
Además las redes ferroviarias iban en aumento, y se comenzó una carrera loca por conseguir conectar, por un lado, las dos costas de Estados Unidos, y por el otro lado, los principales puntos comerciales de Europa. Por último, la presentación en sociedad de las primera líneas telefónicas de larga distancia permitió conectar en el instante a distintos puntos del mundo agilizando de este modo el comercio.
El ritmo de aquellos años parecía por momentos frenético. Era una carrera contrarreloj por ser los primeros en la que Inglaterra, Estados Unidos y Francia habían adquirido ventaja. Pero aquel imperialismo; aquella supremacía, no hizo sino crear más tensiones entre determinados países. Alemania e Italia se veían relegados y pronto surgieron los conflictos políticos… estábamos ante las puertas de la Primera Guerra Mundial.
En las líneas anteriores se ha mencionado brevemente que este proceso también tuvo sus puntos negros, resaltando especialmente el caso de la explotación laboral. Sin embargo, la Revolución Industrial cambió de manera radical la sociedad de la época y modificó totalmente las formas de vida de la mayoría de la población en muchos aspectos, siendo totalmente imposible explicar el devenir de la sociedad actual sin tener en cuenta los procesos derivados del avance de la Revolución Industrial.
En primer lugar, el aumento de las fábricas y su necesidad de disponer de mano de obrasupuso que miles de personas dejaran las actividades que habían llevado a cabo durante generaciones en los cambios y fueran a la ciudad en busca de una vida mejor. Antes de la llegada de la Revolución Industrial, generalmente la producción manufacturera estaba a cargo de los gremios, asociaciones cerradas que ejercían un férreo control sobre los productos y las personas que los producían, haciendo imposible una producción libre en la que cualquier persona que así lo deseara pudiera participar. Además de los gremios, en territorios donde el comercio era muy importante, como Inglaterra u Holanda, se había popularizado un sistema por el cual un empresario daba materias primas a algunas familias campesinas por un dinero para que realizaran una parte del trabajo de producción y luego se llevaba el producto para terminarlo de fabricar en otro lugar. Este proceso, bastante extendido en el ámbito de la producción de tejidos, no dejó de ser una actividad residual y eventual en los años previos a la Revolución Industrial, por lo que la mayoría de la población subsistía trabajando en la agricultura o la ganadería, actividades que apenas daban para sobrevivir.
La proliferación de las fábricas dio a muchas personas la posibilidad de optar por una nueva ocupación que, aunque enormemente dura, podía proporcionarles un jornal fijo con el que mantenerse, algo que las actividades agrícolas y ganaderas, siendo también enormemente duras, no estaba en condiciones de asegurarles, sobre todo en épocas de hambrunas o cuando los problemas meteorológicos hacían mella en la cosecha.
Por lo tanto, la Revolución Industrial supuso el primer gran éxodo masivo del campo a la ciudad. Las principales urbes que se beneficiaron de la Revolución Industrial multiplicaron su población en muy poco tiempo, algo para lo que no estaban preparadas, por lo que las condiciones de vida de los trabajadores que llegaban a ella eran enormemente pobres. El hacinamiento, salubridad y limpieza se hicieron constantes y, como ya se ha indicado anteriormente, las enfermedades y los problemas de todo tipo hicieron rápida mella en una población desnutrida que trabajaba hasta la extenuación. Pero, además de lo ya mencionado, también hay que remarcar que las ciudades y los gobiernos también se tuvieron que adaptar a este crecimiento desmedido y fue entonces cuando se empezaron a popularizar los sistemas de limpieza públicos y se instauraron normativas relacionadas con la salud pública y la construcción que fueron las bases de las legislaciones modernas para esos ámbitos, aspectos en los que anteriormente no se había reparado al no ser necesarios.
Además, la industrialización también mejoró la vida de la sociedad en general. La mejora de las carreteras y la popularización de medios de transporte cada vez más rápidos y efectivos también permitió que llegasen a la ciudad más alimentos en menos tiempo, lo que mejoró ostensiblemente la calidad de vida de las personas que vivían allí. Por otro lado, la disminución en los costes de producción permitió el acceso de mucha más gente a productos que anteriormente solo se podían permitir los más ricos, entre ellos productos de primera necesidad como la ropa o el calzado. Además, el avance de la industria del papel llevó también a la popularización de la prensa escrita y a la aparición de libros más pequeños a precios reducidos que podían ser adquiridos por la inmensa mayoría de la población.
Por último, la Revolución Industrial, a través de todas las mejoras que hemos mencionado y muchas más que trajo consigo, también hizo aumentar la esperanza de vida de la población en general y, pese a las truculentas condiciones de vida a las que tuvieron que enfrentarse los primeros trabajadores de esas fábricas, la calidad de vida mejoró enormemente con el paso del tiempo gracias a los avances industriales y a las medidas de protección y salubridad que se fueron imponiendo con el paso del tiempo.
La revolucion Industrial
La mayor transformación social que se ha producido en los últimos siglos ha sido producto de la Revolución Industrial ¿Sabes qué es lo que ocurrió realmente durante esta época y qué consecuencias tuvo a nivel mundial?. Una revolución que muchos comparan con la tecnológica que se vive actualmente aunque para comprenderla mejor nada como ir atrás en el tiempo y explicaros cómo se gestó, como se desarrolló y sobre todo qué consecuencias trajo a la vida de la humanidad. A continuación en Sobre Historia, todo sobre la Revolución Industrial.
Sin duda, el elemento clave o que dio origen a esta revolución fue la gran patente de James Watt que propulsó un cambio profundo que dio alas a lo que posteriormente sería llamada como Revolución Industrial. Se trataba de la máquina de vapor, que se aplicó a la locomotora y de ahí se pasó a un avance tecnológico sin precedentes.
Por otro lado, una sociedad más liberal fomentó el que se introdujeran nuevos elementos que contribuyeran al avance industrial. Se necesitaba más carbón, se generaba más energía, y se buscaba aumentar la productividad de los recursos propios. La mente se había abierto a la economía y la eficiencia.
A ello contribuyó también la política expansionista de determinados países que hizo que el capitalismo se expandiera por el mundo. Adam Smith, con su “Riqueza de las naciones” fue el pionero de este librecambismo, bajo la idea de que esa libertad influiría en el desarrollo de una nación pero también influyó el país en el que se originó.
Es por ello que queremos deciros que antes de que veamos con detalle todas las etapas de la revolución industrial, cabe añadir que es realmente importante que esta arrancara o se produjera en Gran Bretaña. Pocos libros de historia explican esto pero lo cierto es la revolución industrial fue posible debido a la existencia de una monarquía liberal y no absolutista, que consiguió evitar el panorama de revoluciones que en aquella época se extendían en otros países. Gran Bretaña estaba libre de guerras, y aunque estuvo involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio de modo que pudieron ser el escenario en el que se gestó una revolución que tenía que ver con la industria y no con la guerra. A esto se unió una moneda estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.
La primera gran etapa de la Revolución Industrial fue la que se desarrolló entre los años 1760 y 1870. Fue un periodo marcado por los continuos inventos. En el año 1800, Voltainventaría la pila eléctrica. Stephenson inventó la primera locomotora de vapor en el año 1814. En 1825 se inauguró la primera línea de pasajeros.
En 1834 fue Richard Roberts el que ideó el telar y la máquina de hilar. En 1837, Morseinventa el telégrafo y se da el primer gran impulso a las comunicaciones. En 1863 se inaugura el primer sistema de metro del mundo en Londres. En 1868 se lanza el primer ferrocarril transcontinental…
Pero al mismo tiempo, la sociedad comienza a sufrir prifundas transformaciones marcadas por hechos que conducían a la implantación de unas ideas mucho más modernas y liberales. La Revolución Francesa fue fundamental para que esas ideas se propagaran por Europa.
Pero también la victoria de los ingleses en la Batalla de Trafalgar sirvió en cierto modo para fomentar el auge de la Revolución Industrial. Lo que a simple vista parecería una catástrofe para franceses y españoles, hizo que Gran Bretaña, la gran propulsora de la Revolución, se hiciera con el dominio del mar en el Mediterráneo. Se abrieron así las vías para un comercio global y al mismo tiempo los canales necesarios como para que las ideas librecambistas que tanto se defendían en Inglaterra llegaran aún más lejos.
Poco a poco, la semilla de una sociedad más avanzada basada en la tecnología iba floreciendo. En aquella primera etapa de la Revolución Industrial, la luz eléctrica, el gas y el transporte público (tres elementos básicos de cualquier sociedad hoy en día) habían venido al mundo. Se había pasado de ciudades alumbradas por petróleo y donde el único medio de transporte eran los carros de caballos, a viajar en máquinas de vapor y a tener alumbrado eléctrico.
Nos acercábamos al siglo XX con la ilusión de nuevos descubrimientos; con una febril actividad industrial y con una sociedad que se estaba acomodando a las ventajas que suponía gozar de unos avances tecnológicos que laboral y socialmente ofrecían una mayor libertad, confort y ocio. El optimismo creciente retroalimentaba la maquinaria de la Revolución Industrial.
Pensemos además que los cambios se producen en todas las estructuras de la sociedad que queda marcada por esos avances tecnológicos que antes os hemos mencionado, y a los que tenemos que sumar los cambios socioeconómicos y culturales.
Cambios tecnológicos como los ya dichos, con la industria del carbón en marcha y la máquina de vapor se mezclaron con cambios culturales que se plasmarán en un impresionante aumento de los conocimientos en todas las ramas, tanto científicas como técnicas y sanitarias. Los cambios sociales más notables derivan del crecimiento de las ciudades y el consiguiente éxodo en zonas rurales. Al mismo tiempo se produce un fuerte aumento demográfico, a consecuencia de la elevada natalidad y el descenso de la mortalidad catastrófica, dado que se produjeron también avances sanitarios, como las vacunas, y a una mejor alimentación de la población. Esto provocará que la población europea se multiplique en pocos años tanto por nuevos nacimientos como porque se alarga (aunque sea un poco) la esperanza de vida.
La sociedad comienza a desarrollar en este primer periodo una clase burguesa, pero a la vez el éxodo de población rural hacia las ciudades (la revolución agrícola disminuyó las necesidades de mano de obra en el campo) provoca el que aparezca una nueva clase trabajadora que se agrupa en suburbios cercanos a las fábricas, a partir de los barracones en los que viven los obreros. Es la clase trabajadora que tanto se desarrolló con los años y que en su origen se caracterizó por vivir de manera austera . En las fábricas tenían humedad, poca ventilación, ninguna seguridad laboral y jornadas que perfectamente superaban las doce horas diarias, trabajando siete días a la semana. En los suburbios superpoblados y sucios eran víctimas de epidemias de fácil propagación. La cantidad de personas afectadas por estas condiciones les lleva a organizarse para la defensa de sus intereses y aparecen los primeros movimientos obreros de protesta que desembocaron más adelante en el origen de lo que conocemos hoy en día como sindicatos.
Comenzó en 1870 aproximadamente. Y quizás fuera el invento de la dinamo la que diera un nuevo empujón a la carrera por la modernización tecnológica. La obtención de fuerza hidroeléctrica gracias a estas dinamos permitieron transformarla en luz, y por ende, en energía para los nuevos transportes que iban surgiendo.
La era de los transportes daba un nuevo salto adelante, y por otro lado, la sociedad se veía recompensada con un nuevo elemento desconocido hasta entonces: el alumbrado. Las horas de oscuridad, de candiles y cera, quedaban atrás. Cuando en 1879, Thomas Edison presentó la lámpara incandescente la sociedad ya se había preparado para los grandes avances que, uno tras otro, iban a llegar en aquellos años de finales del XIX y principios del siglo XX.
Aquel desarrollo industrial se centró en Europa, donde el Reino Unido era el gran dominante; la potencia mundial cuyos tentáculos se adentraban en todos los continentes. Ellos fueron el perfecto ejemplo del significado de la Revolución Industrial.
En primer lugar porque crearon una industria textil con la que acumularon capital suficiente como para continuar con los estudios e innovaciones tecnológicas, y en segundo lugar, porque su vasto imperio colonial otorgaba el material económico y en materias primas como para afrontar con garantías la llegada de esta segunda fase en la que la siderurgia y el ferrocarril serían los elementos principales.
Sin embargo, aquella Revolución Industrial también tuvo sus puntos negros, que en este caso se reflejaban en la cada vez mayor explotación laboral. Jornadas de quince horas y el nacimiento de lo que Karl Marx definió como alienamiento de los trabajadores.
El éxito de la Revolución Industrial estuvo sustentado desde muchos puntos de la economía y la cultura, pues si la sociedad supo acoplarse y recibir con expectación todos aquellos avances y desde el punto de vista económico se estaba en una época de bonanza, también la apertura de nuevas rutas comerciales favoreció el engrandecimiento de todas aquellas naciones que se alineaban a ese nuevo progreso. En ello fue importantísimo también la apertura del Canal de Suez, en Egipto, en 1869, que permitió un comercio más fluido entre Europa y Asia.
Además las redes ferroviarias iban en aumento, y se comenzó una carrera loca por conseguir conectar, por un lado, las dos costas de Estados Unidos, y por el otro lado, los principales puntos comerciales de Europa. Por último, la presentación en sociedad de las primera líneas telefónicas de larga distancia permitió conectar en el instante a distintos puntos del mundo agilizando de este modo el comercio.
El ritmo de aquellos años parecía por momentos frenético. Era una carrera contrarreloj por ser los primeros en la que Inglaterra, Estados Unidos y Francia habían adquirido ventaja. Pero aquel imperialismo; aquella supremacía, no hizo sino crear más tensiones entre determinados países. Alemania e Italia se veían relegados y pronto surgieron los conflictos políticos… estábamos ante las puertas de la Primera Guerra Mundial.
En las líneas anteriores se ha mencionado brevemente que este proceso también tuvo sus puntos negros, resaltando especialmente el caso de la explotación laboral. Sin embargo, la Revolución Industrial cambió de manera radical la sociedad de la época y modificó totalmente las formas de vida de la mayoría de la población en muchos aspectos, siendo totalmente imposible explicar el devenir de la sociedad actual sin tener en cuenta los procesos derivados del avance de la Revolución Industrial.
En primer lugar, el aumento de las fábricas y su necesidad de disponer de mano de obrasupuso que miles de personas dejaran las actividades que habían llevado a cabo durante generaciones en los cambios y fueran a la ciudad en busca de una vida mejor. Antes de la llegada de la Revolución Industrial, generalmente la producción manufacturera estaba a cargo de los gremios, asociaciones cerradas que ejercían un férreo control sobre los productos y las personas que los producían, haciendo imposible una producción libre en la que cualquier persona que así lo deseara pudiera participar. Además de los gremios, en territorios donde el comercio era muy importante, como Inglaterra u Holanda, se había popularizado un sistema por el cual un empresario daba materias primas a algunas familias campesinas por un dinero para que realizaran una parte del trabajo de producción y luego se llevaba el producto para terminarlo de fabricar en otro lugar. Este proceso, bastante extendido en el ámbito de la producción de tejidos, no dejó de ser una actividad residual y eventual en los años previos a la Revolución Industrial, por lo que la mayoría de la población subsistía trabajando en la agricultura o la ganadería, actividades que apenas daban para sobrevivir.
La proliferación de las fábricas dio a muchas personas la posibilidad de optar por una nueva ocupación que, aunque enormemente dura, podía proporcionarles un jornal fijo con el que mantenerse, algo que las actividades agrícolas y ganaderas, siendo también enormemente duras, no estaba en condiciones de asegurarles, sobre todo en épocas de hambrunas o cuando los problemas meteorológicos hacían mella en la cosecha.
Por lo tanto, la Revolución Industrial supuso el primer gran éxodo masivo del campo a la ciudad. Las principales urbes que se beneficiaron de la Revolución Industrial multiplicaron su población en muy poco tiempo, algo para lo que no estaban preparadas, por lo que las condiciones de vida de los trabajadores que llegaban a ella eran enormemente pobres. El hacinamiento, salubridad y limpieza se hicieron constantes y, como ya se ha indicado anteriormente, las enfermedades y los problemas de todo tipo hicieron rápida mella en una población desnutrida que trabajaba hasta la extenuación. Pero, además de lo ya mencionado, también hay que remarcar que las ciudades y los gobiernos también se tuvieron que adaptar a este crecimiento desmedido y fue entonces cuando se empezaron a popularizar los sistemas de limpieza públicos y se instauraron normativas relacionadas con la salud pública y la construcción que fueron las bases de las legislaciones modernas para esos ámbitos, aspectos en los que anteriormente no se había reparado al no ser necesarios.
Además, la industrialización también mejoró la vida de la sociedad en general. La mejora de las carreteras y la popularización de medios de transporte cada vez más rápidos y efectivos también permitió que llegasen a la ciudad más alimentos en menos tiempo, lo que mejoró ostensiblemente la calidad de vida de las personas que vivían allí. Por otro lado, la disminución en los costes de producción permitió el acceso de mucha más gente a productos que anteriormente solo se podían permitir los más ricos, entre ellos productos de primera necesidad como la ropa o el calzado. Además, el avance de la industria del papel llevó también a la popularización de la prensa escrita y a la aparición de libros más pequeños a precios reducidos que podían ser adquiridos por la inmensa mayoría de la población.
Por último, la Revolución Industrial, a través de todas las mejoras que hemos mencionado y muchas más que trajo consigo, también hizo aumentar la esperanza de vida de la población en general y, pese a las truculentas condiciones de vida a las que tuvieron que enfrentarse los primeros trabajadores de esas fábricas, la calidad de vida mejoró enormemente con el paso del tiempo gracias a los avances industriales y a las medidas de protección y salubridad que se fueron imponiendo con el paso del tiempo.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se construyeron centros de exterminio en una fase posterior del programa de aniquilación. Usualmente, los cuerpos de las víctimas fueron cremados o enterrados en fosas comunes. Se ha estimado que se establecieron unos 15 000 campos de exterminio y de concentración en los países ocupados por la Alemania nazi, sin incluir a los pequeños campos creados ad hoc para la población local.1 La mayor parte de estos campos fueron destruidos.
El término «campo de concentración» fue utilizado por primera vez para describir a los campos operados por el Reino Unido en Sudáfrica durante la Segunda Guerra de los Bóeres, y se refiere a un lugar dominado por el maltrato, tortura, la inanición, el trabajo forzado y el asesinato.
Los datos utilizados en la elaboración de la tabla proceden en su mayoría de: Dawidowicz, Lucy S. (1986). The War Against the Jews, 1938-1945. Nueva York: Bantam, ISBN 0-553-34302-5. Una lista más completa con más de 1600 campos de concentración puede encontrarse en una fuente oficial.2
En la tabla inferior, los campos de exterminio están marcados con rosado, mientras que los principales campos de concentración de otro tipo están marcados con azul.
Nombre del campo | País actual | Tipo de campo | Tiempo de funcionamiento | Nº estimado de prisioneros | Nº estimado de muertos | Subcampos | Página web |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Amersfoort | Países Bajos | Campo de tránsito y prisión | Agosto de 1941 - Abril de 1945 | 35.000 | 1.000 | ||
Arbeitsdorf | Alemania | Campo de trabajo | 8 de abril de 1942 – 11 de octubre de 1942 | mín. 600 | Ninguno | ||
Auschwitz-Birkenau | Polonia | Campo de exterminio y de trabajo | Abril de 1940 – enero de 1945 | 400.000 | 1.100.000 – 1.500.000 | Lista | |
Banjica | Serbia | Campo de concentración | Junio de 1941 – septiembre de 1944 | mín. 23.637 | |||
Bardufoss | Noruega | Campo de concentración | Marzo de 1944 – ? | 800 | 250 | ||
Bełżec | Polonia | Campo de exterminio | Marzo de 1942 – junio de 1943 | mín. 434.508 | |||
Bergen-Belsen | Alemania | Punto de reunión | Abril de 1943 – abril de 1945 | 70.000 | 2 | ||
Berlin-Marzahn | Alemania | "Lugar de descanso" y, luego, campo de trabajo para gitanos | Julio de 1936 - | Ninguno | |||
Bogdanovka | Rumania | Campo de concentración | 1941 | 54.000 | 40.000 | ||
Bolzano | Italia | Campo de tránsito | Julio de 1944 – abril de 1945 | 11.116 | |||
Bredtvet | Noruega | Campo de concentración | Otoño de 1941 - mayo de 1945 | mín. 1.000 | ? | Ninguno | |
Breendonk | Bélgica | Prisión y campo de trabajo | 20 de septiembre de 1940 – septiembre de 1944 | mín. 3532 | mín. 391 | Ninguno | |
Breitenau | Alemania | Campo de trabajo |
Junio de 1933 – marzo 1934, 1940 – 1945 |
470 - 8500 | |||
Buchenwald | Alemania | Campo de trabajo | Julio de 1937 – Abril de 1945 | 250.000 | 56.000 | Lista | |
Chelmno (Kulmhof) |
Polonia | Campo de exterminio |
Diciembre de 1941 – Abril de 1943, Abril de 1944 – enero de 1945 |
mín. 153.000 | |||
Crveni krst | Serbia | Campo de concentración | 1941 - 1945 | 30.000 | 12.300 | ||
Dachau | Alemania | Campo de trabajo | Marzo de 1933 – Abril de 1945 | 200.000 | 31.591 | Lista | |
Falstad | Noruega | Prisión | Diciembre de 1941 – mayo de 1945 | mín. 200 | Ninguno | ||
Flossenbürg | Alemania | Campo de trabajo | Mayo de 1938 – abril de 1945 | mín. 100,000 | mín. 30.000 | Lista | |
Grini | Noruega | Prisión | 2 de mayo de 1941 – mayo de 1945 | 19.788 | 8 |
Fannrem Bardufoss Kvænangen |
|
Gross-Rosen | Polonia | Campo de trabajo; campo Nacht und Nebel | Agosto de 1940 – febrero de 1945 | 125.000 | 40.000 | Lista | |
Herzogenbusch (Vught) |
Países Bajos | Campo de concentración | 1943 - verano de 1944 | 31.000 | 750 | Lista | |
Hinzert | Alemania | Punto de reunión y subcampo | Julio de 1940 – marzo de 1945 | 14.000 | mín. 302 | ||
Janowska (Lwów) |
Ucrania | Ghetto; campo de tránsito, de trabajo y de exterminio | Septiembre de 1941 – noviembre de 1943 | mín. 40.000 | Ninguno | ||
Jasenovac | Croacia | Campo de exterminio | Julio de 1941 – abril de 1945 | 600.000 | |||
Kaiserwald (Mežaparks) |
Letonia | Campo de trabajo | 1942 – 6 de agosto de 1944 | 20.000 |
16, incl. Eleja-Meitenes |
||
Kaufering/Landsberg | Alemania | Campo de trabajo | Junio de 1943 – abril de 1945 | 23.000 | mín. 6.500 | ||
Kaunas | Lituania | Ghetto y campo de internamiento | ? | Prawienischken | |||
Klooga | Estonia | Campo de trabajo | Verano de 1943 – 28 de septiembre de 1944 | 2.400 | |||
Langenstein-Zwieberge | Alemania | Subcampo Buchenwald | Abril de 1944 – abril de 1945 | 5.000 | 2.000 | ||
Le Vernet | Francia | Campo de internamiento | 1939 – 1944 | ||||
Majdanek (KZ Lublin) |
Polonia | Campo de exterminio | Julio de 1941 – julio de 1944 | 78.000 | |||
Malchow | Alemania | Campo de tránsito y de trabajo | Invierno de 1943 – 8 de mayo de 1945 | 5.000 | |||
Maly Trostenets | Bielorrusia | Campo de exterminio | Julio de 1941 – junio de 1944 | 65.000 | |||
Mauthausen-Gusen | Austria | Campo de trabajo | Agosto de 1938 – mayo de 1945 | 195.000 | mín. 95.000 | Lista | |
Mittelbau-Dora | Alemania | Campo de trabajo | Septiembre de 1943 – Abril de 1945 | 60.000 | mín. 20.000 | Lista | |
Natzweiler-Struthof | Francia | Campo de trabajo; campo Nacht und Nebel | Mayo de 1941 – septiembre de 1944 | 40.000 | 25.000 | Lista | |
Neuengamme | Alemania | Campo de trabajo | 13 de diciembre de 1938 – 4 de mayo de 1945 | 106.000 | 55.000 | Lista | |
Neuengamme-Alderney | Islas del Canal | Campos de trabajo y de exterminio | Enero de 1942 – junio de 1944 | 6.000 | 700 | Lager Borkum, Lager Helgoland, Lager Norderney, Lager Sylt | |
Niederhagen | Alemania | Prisión y campo de trabajo | Septiembre de 1941 – inicios de 1943 | 3.900 | 1.285 | Ninguno | |
Ohrdruf | Alemania | Campo de trabajo y de exterminio; subcampo de Buchenwald | Noviembre de 1944 - abril de 1945 | 11.700 | 11.700 | ||
Oranienburg | Alemania | Punto de reunión | Marzo de 1933 – julio de 1934 | 3.000 | mín. 16 | ||
Osthofen | Alemania | Punto de reunión | Marzo de 1933 – julio de 1934 | ||||
Płaszów | Polonia | Campo de trabajo | Diciembre de 1942 – enero de 1945 | min. 150.000 | min. 9.000 | Lista | |
Ravensbrück | Alemania | Campo de trabajo para mujeres | Mayo de 1939 – abril de 1945 | 150.000 | mín. 90.000 | Lista | |
Risiera di San
Sabba (Trieste) |
Italia | Campo de detención policial | Septiembre de 1943 – 29 de abril de 1945 | 25.000 | 5.000 | ||
Sachsenhausen | Alemania | Campo de trabajo | Julio de 1936 – abril de 1945 | min. 200.000 | 100.000 | Lista | |
Sajmiste | Serbia | Campo de exterminio | Diciembre de 1941 – septiembre de 1944 | 100.000 | |||
Salaspils | Letonia | Campo de trabajo | Octubre de 1941 – verano de 1944 | 101.000 | |||
Sobibór | Polonia | Campo de exterminio | Mayo de 1942 - octubre de 1943 | máx. 200.000 | |||
Soldau | Polonia | Campo de trabajo | Invierno de 1939/40 – enero de 1945 | 30.000 | 13.000 | ||
Stutthof | Polonia | Campo de trabajo | Septiembre de 1939 – mayo de 1945 | 110.000 | 65.000 | Lista | |
Transnistria | Moldavia | Campo de concentración | |||||
Theresienstadt (Terezín) |
República Checa | Campo de tránsito y ghetto | Noviembre de 1941 – mayo de 1945 | 140.000 | mín. 35.000 | [36] | |
Treblinka | Polonia | Campo de exterminio | Julio de 1942 – noviembre de 1943 | 870.000 | |||
Vaivara | Estonia | Campo de concentración y de tránsito | 15 de septiembre de 1943 – 29 de febrero de 1944 | 20.000 | 950 | 22 | |
Varsovia | Polonia | Campo de trabajo y de exterminio | 1942 - 1944 | máx. 400.000 | máx. 200.000 | ||
Westerbork | Países Bajos | Campo de tránsito y de internamiento | Mayo de 1940 – abril de 1945 | 102.000 |
La Revolución Rusa de 1917 fue un movimiento social, político y económico ocurrido en Rusia contra el régimen que actualmente gobernaba ese país (el régimen zarista) en plena Primera Guerra Mundial, durante la época contemporánea.
Fue una serie de acontecimientos políticos en Rusia, que tras la eliminación de la autocracia rusa y después del Gobierno Provisional (Duma), resultó en el establecimiento del poder soviético bajo el control del partido bolchevique.
Los revolucionarios abolieron la monarquía e implantaron un régimen de gobierno basado en ideas socialistas o comunistas, el resultado de este proceso fue la creación de la Unión Soviética, que duró hasta 1991.
En el siglo XIX, Rusia junto a Inglaterra, Francia, Alemania y Austria, era una de las mayores potencias europeas, pero mientras los demás países crecían, hacían reformas y se industrializaban, gracias a la revolución industrial, Rusia no se modernizaba.
Su principal Características en la economía fue su sistema económico que se basó en el monopolio de la tierra y la riqueza que quedaba en manos de unos pocos (la Nobleza y la aristocracia rusa).
Rusia era considerada un país atrasado en relación a los demás. Su economía se basaba en la agricultura monopolizada, heredada de la edad medieval. Los siervos trabajan la tierra, pero los señores feudales no tenían ningún interés para modernizar las plantaciones, ya que estos se quedaban con toda la riqueza, estos hacían parte de la Nobleza.
Los trabajadores rurales vivían en extrema miseria y pobreza, pagando altos impuestos para mantener la base del sistema zarista de Nicolás II.
Los alimentos escanciaban en Rusia y el Hambre se apoderaba de la población.
El país fue gobernado por el zar (emperador), que tenía el poder absoluto, es decir, todos fueron sometidos a él, incluyendo la Iglesia católica ortodoxa.
Había una tremenda desigualdad social donde solo unos pocos eran los dueños de las riquezas y los trabajadores y campesinos llevaban la peor parte, la social estaba dividida en:
La Nobleza: done estaba el Zar, y el Gobierno eran la clase privilegiada en Rusia, y gozaban de los privilegios y las riquezas del país, estos eran los grandes propietarios de las tierras.
El Pueblo: Era la clase social menos privilegiadas formadas por los profesionales, los obreros, los campesinos y empleados, los cuales eran sometidos a jornadas de trabajo largas, sometidos s una gran explotación. Sus derechos no eran reconocidos y tenían pocas libertados.
Fueron estos cansados del régimen Zaristas quienes se alzaron en revolución.
Hay que también mencionar que los Siervos, llamados mujiks eran quienes Vivian en una situación de extrema pobreza.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial I (1914) el pueblo ruso se sintieron obligados a luchar, pero la lucha ha traído algunas consecuencias:
En Rusia, durante el siglo XIX, la falta de libertad era casi absoluta. En el medio rural, los campesinos vivían sometidos a la nobleza latifundista, clase social teóricamente libre, pero que vivía subyugada por el zar (emperador), es decir: Gran Rey.
En el campo reina una fuerte tensión social con la permanencia de un sistema de producción feudal, que retardaba la modernidad del país.
Las reformas promovidas por el zar Alejandro II (1855-1881) con la abolición de la servidumbre en 1861, y la reforma agraria, poco adelantaron para aliviar las tensiones.
El régimen zarista reprimía todo tipo de oposición. El Ochrana, la policía política, controla la educación secundaria, universidades, la prensa y los tribunales.
Miles de personas eran enviadas al exilio en Siberia condenadas por crímenes políticos. Los capitalistas y latifundistas mantenían el dominio sobre los trabajadores urbanos y rurales.
Los obreros se concentraron en grandes centros industriales como Moscú y Petrogrado.
A pesar de ello, las condiciones de vida empeoraron, con el hambre, el desempleo y la disminución de los salarios. La burguesía tampoco se beneficiaba, pues el capital estaba concentrado en manos de banqueros y grandes empresarios.
La oposición al gobierno crecía. Los partidos perseguidos iban a la clandestinidad, como el Partido Socialdemócrata. Sus líderes, Plejanov y Lenin, tenían que vivir fuera de Rusia para huir de las persecuciones políticas.
Las divergencias de opinión fragmentaron el partido, que se dividió en dos tendencias:
Los trabajadores rurales vivían en extrema miseria y pobreza, pagando altos impuestos para mantener la base del sistema zarista de Nicolás II. El zar gobernaba Rusia de forma absolutista, o sea, concentraba poderes en sus manos no abriendo espacio para la democracia. Incluso los trabajadores urbanos, que disfrutaban de los pocos empleos de la débil industria rusa, vivían descontentos con el gobierno del zar.
En el año 1905, Nicolás II muestra la cara violenta y represiva de su gobierno. En el conocido Domingo Sangriento, manda a su ejército fusilar a miles de manifestantes. Los marineros del acorazado Potenkim también fueron reprimidos por el zar.
Comenzaba entonces la formación de los soviets (organización de trabajadores rusos) bajo el liderazgo de Lenin.
Los bolcheviques comenzaban a preparar la revolución socialista en Rusia y la caída de la monarquía.
En enero de 1905, un grupo de obreros participaba en una protesta pacífica frente al Palacio de Invierno de San Petersburgo, una de las sedes del gobierno. El objetivo era entregar un escrito firmado al zar.
La guardia del palacio, asustada con la multitud, abrió fuego matando a más de mil personas. El episodio fue conocido como el Domingo Sangriento y provocó una ola de protestas en todo el país.
Enfrentados con la presión revolucionaria, zar promulgó una constitución y permitió la convocatoria de elecciones a la Duma o al Parlamento.
Por tanto, Rusia formado por una monarquía constitucional, aunque en el zar todavía se concentra un gran poder, y el Parlamento tenía un papel limitado.
En realidad, el gobierno lo hizo para ganar tiempo y organizó las reacciones contra las agitaciones sociales y los soviets, lo que llevó al fracaso a la revolución de 1905.
Los soviets eran organizaciones políticas que nacieron en el seno de las capas populares y representaban los intereses de los trabajadores. Así, había los soviets de obreros, de campesinos y de soldados. Expresaban una forma de poder popular en oposición al gobierno provisional y se volvieron decisivos en los rumbos políticos del país.
Durante la Primera Guerra Mundial que, como un miembro de la Triple Entente (Se creó en 1907 y sus integrantes fueron Francia, Gran Bretaña y Rusia), Rusia luchó junto con Gran Bretaña y Francia contra Alemania y Austria-Hungría. Con las sucesivas derrotas, Rusia estaba militarmente aniquilada y económicamente desorganizada.
En marzo, el movimiento revolucionario fue deflagrado. Los movimientos huelguistas iniciados en Petrogrado se extendieron por varios centros industriales. Los campesinos se rebelaron. La mayor parte de los militares se adhirieron a los revolucionarios, lo que forzaron la abdicación del zar Nicolás II en febrero de 1917.
La Revolución comprendió dos fases distintas:
El Imperio ruso fue uno de los principales interesados en la Primera Guerra Mundial, iniciada en 1914. Pero el ejército ruso no fue nada para las fuerzas militares alemanas. Uno de los resultados fue la deserción masiva de soldados de la línea de frente. Otro fue la intensificación del hambre entre la población que se mantenía en territorio ruso.
En los días finales de febrero de 1917, una manifestación por el Día Internacional de la Mujer, en San Petersburgo, se transformó en una manifestación contra el hambre vivida por buena parte de la población. La manifestación logró el apoyo de los soldados insatisfechos con la guerra. La insatisfacción fue aumentando y las manifestaciones ganaron fuerza.
El 27 de febrero, soldados y trabajadores invadieron el Palacio Tauride, logrando la renuncia del zar y la formación de un Gobierno Provisional. Al mismo tiempo, los obreros y soldados constituyeron nuevamente los soviets.
Esta situación se conoce como doble poder, con la burguesía y la aristocracia que se organizaron en la Duma o parlamento, y los obreros, soldados y campesinos que se organizaron en los Soviets.
El principal objetivo del pueblo era la salida de la guerra y medidas para aplacar el hambre, además de la distribución de tierras.
Los conflictos sociales se intensificaron. Se inició un proceso de apertura política. En abril, uno de los principales líderes bolcheviques, Lenin, volvió del exilio. A partir de ese momento, él consiguió influenciar más intensamente los rumbos a ser tomados por el partido bolchevique.
En julio, fuerzas militares ligadas al zarismo intentaron derribar al Gobierno Provisional, siendo impedidas principalmente por los obreros y campesinos organizados. Al darse cuenta de la intensificación de la situación de conflicto social, los bolcheviques, dirigidos por Lenin y Trotsky, organizaron un congreso que defendía consignas como " paz, tierra y pan " y " Todo el poder para los soviets con el fin de obtener apoyo popular.
En octubre de 1917, con la llegada del invierno, sectores de los bolcheviques vieron la necesidad de tomar una medida más radical, la toma del poder. Los campesinos ya estaban ocupando las tierras de la aristocracia y de la iglesia, los trabajadores intensificaban la formación de soviets y de comités de fábrica.
Con la deposición del zar Nicolas II, se formó un Gobierno Provisional, que pasó a una fase socialista, bajo la dirección de Kerensky.
En septiembre, los dirigidos por Lenin, los llamados bolcheviques habían logrado el control del Soviet de San Petersburgo. En las vísperas del Segundo Congreso de los Soviets de toda Rusia, los bolcheviques decidieron por el derrocamiento del Gobierno Provisional. El 25 de octubre de 1917, el Instituto Smolny fue invadido por la Guardia Roja.
Basándose en su poder en los soviets y aliados con el ala izquierda del partido socialista revolucionario, los bolcheviques iniciaron las medidas para la construcción del Estado Soviético. La ejecución de la Asamblea Constituyente fue interrumpida. El control obrero de la producción fue instaurado.
Las tierras de la nobleza y de la iglesia fueron divididas entre el campesinado. Para administrar el Estado, el Congreso de los Soviets creó el Consejo de los Comisarios del Pueblo.
Algunos grupos veían en los bolcheviques la solución para diversos problemas.
El 6 de noviembre, Lenin apoyado por los soviets y por una milicia popular conquista la capital obligando al gobierno provisional a renunciar y asumir el gobierno en 1917. Ellos creían que sólo el comunismo podría traer felicidad a los rusos. En el poder, ellos intentaron realizar y crear una sociedad donde todos fueran iguales y libres.
Para hacer realidad este sueño, se tomaron varias medidas:
La idea de estas medidas fue la creación de la igualdad entre los hombres, ya que, según el marxismo sin propiedad no habría explotadores y explotados
Entre octubre de 1917 y marzo de 1918, los bolcheviques lanzaron las bases del nuevo Estado.
La administración de la economía fue centralizada en instituciones estatales que pasaron a esbozar la planificación de la producción, buscando mantener el control obrero de las empresas bajo ciertos límites. La Guardia Roja fue sustituida por el Ejército Rojo, comandado por Trotsky.
El primer acto importante del nuevo gobierno fue retirar la guerra de Rusia. Para ello, en febrero de 1918, fue firmado con Alemania, con las Potencias Centrales, el Tratado de Brest-Litovsk, retirando a Rusia de la Primera Guerra Mundial.
Igualmente, para evitar cualquier intento de restauración monárquica, el zar Nicolás II y su familia fueron asesinados sin ningún tipo de juicio en julio de 1918.
Después de la firma del tratado de paz, se inició en Rusia una guerra civil, que duró de 1918 a 1921. Las fuerzas ligadas al antiguo régimen zarista se reunieron en el Ejército Blanco, también consiguieron apoyo de potencias capitalistas (Francia, Estados Unidos, Japón y el Reino Unido). para intentar derribar el naciente poder soviético.
Los cuatro primeros años de gobierno bolchevique fueron marcados por una guerra civil que sacudió profundamente a Rusia.
Dejando miles de muertos de ambos bandos, sin importar su ideología política, y dejando sufrimiento en Rusia.
El Ejército Rojo, creado por León Trotsky, derrotó al ejército blanco y se aseguró la permanencia de los bolcheviques en el poder. La revolución estaba salva, pero la paralización económica era casi total.
Para restablecer la confianza en el gobierno, se creó la NEP (Nueva Política Económica), lo que permitió la entrada de capital extranjero.
La aplicación de la NEP resultó en el crecimiento industrial y agrícola de Rusia. En 1922 se estableció la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas ( URSS ).
Después de la revolución, se implantó la URSS (Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas). Se siguió un período de gran crecimiento económico, principalmente después de la NEP (Nueva Política Económica).
La URSS se ha convertido en una gran potencia económica y militar. Más tarde sería competir con los Estados Unidos en la llamada Guerra Fría.
Después de la revolución, la situación de la población general y de los trabajadores poco ha cambiado en lo que se refiere a la democracia.
El Partido Comunista reprimía cualquier manifestación considerada contraria a los principios socialistas. La falta de democracia imperaba en la URSS. Miles de opositores fueron perseguidos, presos y asesinados por el gobierno bolchevique.
El régimen totalitario soviético actuó incluso en el campo de la fe. El Estado Soviético actuó para debilitar el cristianismo y otras religiones, incentivando el ateísmo (en las escuelas, medios de comunicación, lugares de trabajo, etc.) y prohibiendo las religiones. El pensamiento de Marx de que "la religión es el opio del pueblo" fue seguido a raya por el gobierno socialista soviético.
Triste situación que perduró durante toda la historia de la Unión Soviética, es decir, de 1922 a 1991.
Después de la muerte de Lenin en 1924, comenzó una lucha de poder entre Trotsky y Stalin.
Derrotado, Trotsky fue expulsado del país y, en 1940 murió en la ciudad de México, por un asesino al servicio de Stalin. Con Stalin en el poder, la URSS conoció una de las más violentas dictaduras de la historia.