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Guerras punicas

Por guerras púnicas se denomina la serie de tres guerras libradas entre Roma y Cartago en el período que va desde el año 264 hasta el 146 a.C. Para cuando se produjo el conflicto, este fue el mayor enfrentamiento bélico que había tenido lugar hasta la fecha.

El término púnico deriva del latín punicus o poenicus e identifica a los cartaginenses, en referencia a los ancestros fenicios de estos. Por su parte, los cartagineses denominaron los conflictos como guerras romanas.

Causas de las Guerras Púnicas

La principal causa de las guerras púnicas fue el conflicto de intereses entre el Imperio Cartaginense y la por entonces República de Roma, en plena expansión y camino de convertirse en el vasto imperio en que se convirtió.

Inicialmente, los romanos estaban interesados en expandirse vía Sicilia, parte de cuyo territorio estaba bajo control cartaginés que, al iniciarse la primera guerra, era el poder dominante al oeste del Mediterráneo con un gran dominio marítimo. Roma era una fuerza que ascendía rápidamente en Italia, pero carecía del poder marítimo de Cartago.

Sin embargo, al finalizar la tercera guerra tras más de cien años de luchas y la consecuente pérdida de cientos de miles de soldados por ambas partes, Roma logró conquistar el imperio cartaginés, destruyó su ciudad capital y se convirtió en la civilización más poderosa del Mediterráneo y del mundo.

 

Al finalizar las guerras macedonias, que ocurrieron de forma simultánea a las púnicas, y con la derrota del rey Antíoco III el Grande, en la guerra entre Roma y Seléucida en el mar oriental, Roma emergió como el poder más dominante en el Mediterráneo y una de las ciudades más poderosas en la antigüedad clásica.

 

Guerra de los Siete Años

La Guerra de los Siete Años fue un conflicto que se desarrolló entre 1756 y 1763, enfrentando a Gran Bretaña y Prusia contra una coalición entre Francia, Austria y sus aliados.

La Guerra de los Siete Años fue un conflicto que enfrentó a las grandes potencias europeas entre los años 1756 y 1763Gran Bretaña y Prusia tenían una alianza defensiva que hizo frente a una coalición entre Francia, Austria y sus aliados.

En un principio, el conflicto se produjo debido al deseo de Austria, en concreto el deseo de la reina María Teresa, de conseguir controlar Silesia y al enfrentamiento entre Francia y Gran Bretaña en relación a la constitución de un imperio colonial en la India y en América.

Desarrollo del conflicto

Las hostilidades estallaron en 1757, pero se trató de dos guerras simultáneas. Por un lado, Francia e Inglaterra lucharon en el mar, en las colonias y en el oeste de Alemania. Por otro, Prusia se enfrentó a Austria y a la coalición de aliados en el este de Alemania.

En Alemania, los austríacos y los franceses, a los que se unieron los príncipes alemanes, Rusia y Suecia en 1757, lograron, en un principio, ciertos éxitos, pero Federico II cambió la balanza con una serie de victorias. La primera se produjo en Rossbach, seguida de la batalla de Leuthen.

Los franceses optaron por centrarse en la guerra del oeste, por lo que la única preocupación de Prusia era Rusia, a la que derrotó en Zorndorf en 1758.

No obstante, los rusos y los austríacos se unieron en la batalla de Kunersdorf en 1759, derrotaron a las tropas prusianas y ocuparon Berlín. Federico II se salvó del desastre por la ascensión al trono del emperador Pedro III de Rusia en 1762, quien firmó la paz por separado con Prusia.

 

Además, el monarca alemán recuperó Pomerania tras suscribir el fin de la guerra con Suecia. Por último, la victoria de Burkersdorf en 1762 le permitió recuperar Silesia.

Por mar y en las colonias, la victoria británica fue total: tomaron Quebec tras la batalla de las llanuras de Abraham en 1760 y consiguieron la capitulación de Pondichéry en 1761.

Ante ello, Francia logró la alianza de España en 1761 mediante el Tercer Pacto de Familia. Pero ambos países fueron derrotados con la toma británica de Florida, La Habana y Manila en 1762, aunque los españoles conquistaron Sacramento.

La paz total llegó cuando el tratado de Hubertsburg se firmó el 15 de febrero de 1763. El pacto mantenía el statu quo en Alemania, confirmando a Prusia como gran potencia.

Por otra parte, el tratado de París del 10 de febrero privó a Francia de la mayor parte de su imperio, en especial Canadá y la India, en provecho de los británicos.

 

A su vez, los españoles perdieron los privilegios comerciales de la Florida, pero obtuvieron una parte de La Luisiana.

La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

Si bien, después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, la organización política de Francia durante el siglo XIX osciló entre repúblicaimperio y monarquía constitucional, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del feudalismo y del absolutismo en ese país,1 y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se convirtió en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso e iniciativas capaces de volverlo ilegítimo.

Según la historiografía clásica, la Revolución francesa marca el inicio de la Edad Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna, lo que la sitúa en el corazón del siglo XIX. Abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía popular, que será el motor de las revoluciones de 1830de 1848 y de 1871

¿Que son las ciencias sociales?

Las ciencias sociales es una rama de la ciencia relacionada con la sociedad y el comportamiento humano.

Además es una denominación genérica para las disciplinas o campos del saber que reclaman para sí mismas la condición de ciencias, que analizan y tratan distintos aspectos de los grupos sociales y de los seres humanos en sociedad. Estas se ocupan tanto de sus manifestaciones materiales como de las inmateriales. Otras denominaciones confluyentes o diferenciadas, según la intención de quien las utiliza, son las de ciencias humanashumanidades o letras (términos que se diferencian por distintas consideraciones epistemológicas y metodológicas) También se utilizan distintas combinaciones de esos términos, como la de ciencias humanas y sociales. Las ciencias sociales estudian el origen del comportamiento individual y colectivo buscando descubrir las leyes sociales que las determinan y que se expresan en el conjunto de las instituciones y sociedades humanas